Nací con una enfermedad extraña jamás vista en el universo existente,
vive acabando mi infancia y mi vejéz, me ha atrapado con un dolor inacabable de amargura salada.
¿Como lo he permitido?
que acabe conmigo sin haber luchado siquiera,
sin pedir piedad almenos.
Ahora lo lamento, la ironía de vivir
con la angustiosa tormenta de
un vacío doloroso.
Sentado en la mecedora de la vejez, me acordaré algun día de tí, y lloraré porque no fué.
No hay comentarios:
Publicar un comentario